jueves, 25 de febrero de 2010

De rezar (segundo intento)

Todos nos equivocamos, yo personalmente con sorprendente frecuencia. Al reeler el post que subí hace algunos días me di cuenta de que me había equivocado y como tengo muchisima practica, soy buena para enmendar mis errores, así que aquí va una versión un poco más real de lo que trate de escribir antes.

Quien no le hable casi siempre en momentos de dolor, de miedo, de soledad, cuando el corazón esta roto o los amigos no se encuentran… “que arroje la primera piedra”.
Yo no tuve nunca educación religiosa, me corrieron de catecismo por hacer demasiadas preguntas, nadie nunca me enseño a rezar, “dar la paz” me pone incomoda y nunca sé cuando pararme, cuando sentarme y cuando susurrar palabras incomprensibles a media voz en misa. Sin estructura, a tientas, pero con una convicción que me sorprende a mi misma, muchas veces me cacho hablando con él (¿o Él es más correcto? ¿y por qué no Ella? ¿o Eso? … justo por esto me corrieron meses antes de hacer la primera comunión). El punto es que a mis reclamos, inconformidades y cuestionamientos constantes él/ella/eso presta oídos sordos, lo cual me hace explotar en arranques de furia y firmes propósitos de serle fiel al profundo ateismo según el cual fui realmente educada. Pero como todos los enojos, el enojo con Dios se me pasa pronto, no porque no me siga pareciendo claramente maleducado de su parte no prestarme atención cuando según yo más lo necesito, si no porque sin querer lo encuentro en donde que menos lo busco… (disculpen de antemano la cursilería que viene) en una plática perfecta, en una mirada que lo entiende todo o en un abrazo inesperado, los cuales tienen según yo un poder para consolar y reconfortar que simplemente no puede ser completamente humano. Asumo que tengo que aceptar que así nos vamos a llevar Dios y yo, como amantes casuales, nunca esta cuando lo busco, pero siempre se aparece cuando menos me lo espero.

Besos


La canción si se las dejo, porque Regina a diferencia de mi casi nunca se equivoca

9 comentarios:

DINOBAT dijo...

Interesante, estuve un rato leyendo...

Nathalie dijo...

a Regina la amo, y amo enseñarte canciones, pero te amo más ti...atractiva.
:)

Aleema dijo...

Tesoro, como bailo con tus sensaciones!
Existe en mi la fantasía de que en algun momento cesará la busqueda y habré encontrado la permanente comodidad de vivir un Dios, una Diosa, un Aquello o Eso, quizás un José y una Juanita (nombres regalados por Baratta durante nuestra última plática).
Mi baile íntimo de encuentros y desencuentros, de frustración y de milagros con lo que llamamos Dios es regido por las pautas involuntarias que abren y cierran mi corazón, por rítmico oleage del amor.
Viva la Danza!

Nathalie dijo...

lo vi y me acordé de ti
http://www.youtube.com/watch?v=oeLr2oElXHQ&feature=PlayList&p=rfG24O9nKVE

Dina Herrera dijo...

De alguna forma todos creemos en algo, tenemos esa necesidad. Me gusto mucho lo que escribiste, espero sigas publicando entradas!
Apunto tu blog jeje, cuidate.

lovbs T project dijo...

Hola te invito a visitar
http://entreletrasteveas.blogspot.com/
http://thetprojetc.blogspot.com/
http://thelovbfactory.blogspot.com/

Ene dijo...

Qué bonito escribes!
Me rehuso a algun día dejar de leer tu blog o echarte piropos.
Besos weep.

Unknown dijo...

No creo que Dios sea la versión ególatra de una divinidad hambrienta de alabanzas tal cual lo pintan quienes comercian con ésta fé.
Ni tampoco que necesite que las personas se uniformen y tengan un culto organizado quienes van a ser sus voceros y por tarea tendrán explicarnos asuntos relativos a explicar las complejidades de la deidad.
Yo creo que dentro de tu propio ser ya viene la conección con Dios,de ser ésto necesario.
Hay tanta controversia en ésto que hasta Woody Allen nos regala magníficas frases como :"Deja a un lado el problema de si Dios existe o nó,trata de conseguir un electricista en Domingo."
y otra joya:
"Si Dios existe tendrá mucho explicarnos".

Ka_ dijo...

Qué bella Regina, en tantos sentidos!
...
Se dice por ahí que Dios somos nosotros mismos. ¿no somos nosotros, los que abrazamos?