Tal vez algunos no lo saben (la mayoría si porque tantos de los que me leen son mis amigos no blogueros… los amo), pero estoy a punto de graduarme… o eso quiero creer. Con el mundo real (aka profesional) a la vuelta de la esquina por primera vez en mi rosa vida me planteo de forma real que quiero hacer para tener algo que depositar en el banco.
Entonces… hace unos meses estando de vacaciones en playa del carmen con mi pareja (the P Word… ewuck) llego repentinamente la oportunidad de hacer algo económicamente productivo. Y así en caliente… porque let’s face it… así se hacen las cosas chingonas, firmamos un contrato para comprar nuestra propia franquicia de una agencia de viajes (y de paso desembolsamos una “lanita”). Ahora además de la escuela (que en la racha final pesa más que nunca), las tareas, el trabajo, la tesis (la bendita tesis), el intento de mantener una vida social semi-activa y el tiempo dedicado a la relación, pasamos nuestros días cotizando vuelos, mandando mails y repartiendo volantitos… uff :S Y a pesar de todo, del cansancio, la desesperación y la fobia a la palabra “cotización” que estoy desarrollando, la idea de construir algo conjunto para nuestro futuro me parece ridículamente emocionante.
Así muy consecuentemente con el momento que estamos viviendo, una de mis mejores amigas y su “pareja” (mis dedos se resisten a teclearlo) acaban de lanzar su pagina web (elgalletero.com), un proyecto en el que llevan meses trabajando y que implica un compromiso personal y profesional que con todo respeto esta cabrón.
Mientras escucho a mis amigos(as) de siempre hablar de mudarse a otros países para salvar sus relaciones de larga distancia y veo materializarse compromisos y aparecer anillos con diamantes en manos conocidas, parece que a nuestro alrededor esto es lo que prevalece, un esfuerzo omnipresente (pa que no se queden con las ganas de una palabra dominguera) de crear posibilidades de estar juntos y hacer proyectos de pareja. Creo que este es mi primer encuentro de frente y en carne propia con una expresión de la vida adulta. Hace más de 4 años que me fui de la casa (casas) de mis papas, he recorrido otro continente con la pura compañía de mi mochila y he vivido en un país extraño sola… a pesar de que todo esto sea en apariencia más importante, es hasta ahora que sin haber vivido ningún cambio aparente, ni tomado ninguna decisión trascendental que me topo con el sentimiento de que ya no soy lo que era, de casi sin querer soy un adulto.
2 comentarios:
adult life sucks... doesn't it? i just want da fun n nonsense -all day long- back! xoxo
putss, de esas veces en q, hay una ambivalencia, entre q si y q no con la vida adulta, bueno? malo? apresurado o no? compromisos, etc etc
suerte! muchos saludoss
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