jueves, 25 de junio de 2009

Impossible if possible

No sé que quiero, quiero eso, no mejor no... quiero lo otro... tal vez, bueno lo quiero pero también aquello y si se puede lo dejo todo por algo nuevo. Cuando por fin creo que sé lo que quiero, lo quiero mucho, muchisimo... hasta que lo tengo, entonces muchas veces ya lo lo quiero nada. Quiero lo imposible si es posible. A veces parece que una canción ha sido escrita para nosotros y aunque no sea cierto, queremos pensar que si lo es... esta es una de las mías.
Besos

viernes, 19 de junio de 2009

Normal

Un divorcio convencional transcurre con una progresión de eventos similar a esta:
Mamá y papá pelean todo el tiempo, se gritan, se ignoran, se miran con ojos de odio cuando creen que los niños no los ven. Los padres deciden separarse, comunican la noticia a los hijos de manera fría, invariablemente mencionando que nada de esto ha sido su culpa, que mamá y papá se quieren pero como amigos… los niños entienden por primera vez que los padres también mienten. Papá se muda a un departamento jodido y los hijos lo visitan de vez en cuando, comen pizza van al cine, tratan de ignorar que todo huele un poco mal. Eventualmente los padres encuentran nuevas parejas, el novio de mamá los compra con regalos, la novia de papá insiste en que es importante que pasen tiempo juntos, “en familia”. Con el paso de los meses el novio de mamá se olvida de los regalos y la novia de papá se inventa un viaje al caribe a un crucero que no acepta niños, que casualidad. En algunos casos los padres se vuelven a casar, en otros se entregan a una procesión de parejas distintas y se omiten la molestia de presentárselas a los hijos. Los niños crecen, un poco resentidos, un poco hartos, un poco condenados a repetir patrones y fallar en sus propias relaciones… en resumidas cuentas crecen muy normales.

El divorcio de mis padres fue un poco diferente:
Mamá y papá pelean todo el tiempo, se gritan, se ignoran, se miran con ojos de odio cuando creen que las niñas no los ven. Los padres deciden separarse, comunican la noticia a las hijas de manera fría, mencionando que nada de esto ha sido su culpa, que mamá y papá se quieren pero como amigos… las niñas entienden por primera vez que los padres también mienten. Mamá confiesa que se ha enamorado de una mujer italiana de nombre Alessandra a quien conoció en una cena de día de la candelaria. Papá se deprime y comienza a cultivar un odio desmesurado por la italiana, que luego se convertirá en un odio generalizado hacía todos los italianos. Mamá decide irse de viaje con el nuevo objeto de su afecto, papá busca consuelo en los brazos de una recién graduada arquitecta prácticamente desconocida que podría ser su hija. Mamá regresa y se instala en una pequeña casa con Alessandra, ella renta un departamento a unas calles para “cuidar las apariencias”. Todos sus conocidos comentan el tema. Papá termina con la arquitecta por razones de fuerza mayor, ella se va para perseguir su verdadero amor, el salto de bonji. Todos sus conocidos siguen comentando el tema. Mamá no soporta más estar en boca del pueblo entero y se muda a una cuidad vecina. Las niñas se quedan con papá. A los pocos meses él conoce a una fotógrafa con dos hijas de la misma edad que las suyas, se enamora, se queda más de quince años con ella. Mamá dura diez con la italiana. Ambas relaciones terminan fatal y después de odiarse por principio y por costumbre durante tantos años los padres deciden volverse amigos. Las niñas crecen un poco resentidas, un poco hartas, un poco condenadas a repetir patrones y fallar en sus propias relaciones… son todo menos normales, pero por los menos tienen una historia un poco más original.

lunes, 15 de junio de 2009

Zzzz

No suena el despertador porque no lo he puesto, no tiene caso. Mi cuarto es un bunker, un bunker muy bonito, pero un caja fuerte a fin de cuentas. No entra ni sale un rayo de luz, el ideal de cualquier domingo en la mañana, pero un peligro cada lunes. Últimamente abro los ojos cuando la hora ya tiene dos dígitos y solo porque la cama me escupe con pretextos fisiológicos. No me reconozco en esta persona aletargada y permanentemente cansada en la que temporalmente me he convertido. Me queda claro que las mañanas sin alarma están desahuciadas, o las mato a ellas o uno de estos días me muero yo de un episodio de aletargamiento no controlado. Quiero encontrar dentro de mi a la persona que se despertaba por que ya era de día, así de simple, así de fácil. Me pregunto si no estará dormida y si es así como despertarla. Seguramente existen problemas más relevantes que la hora a la que abrimos el ojo, a mi por ahora ninguno me convence.

jueves, 11 de junio de 2009

Heart made of sound

La semana pasada fue mi cumpleaños, uno de los mejores. Cumplí 24, me siento vieja aunque mi cara sin arrugas y todos los que me rodean se encargan de recordarme lo contrario. Es la primera vez en varios años que no me regalo nada a mi misma, creo que no lo necesito, o más bien por primera vez me queda muy claro que todo lo que necesito no se compra. Que no me dé regalos a mi misma no significa que no les pueda dar a ustedes, les dejo uno... palabras, música y colores... mis tres cosas favoritas... bueno y los besos, pero ya era demasiado pedir.