domingo, 13 de abril de 2008

Fan


A mi la palabra “fan” me suena a “fanatismo” y ésta me suena vivir en comunas, a rituales satánicos y a suicidios colectivos. Es por esto que pasada la pubertad y una vez descolgados de mi pared los posters de Brad y Leo que venían en la “Tu” y la “Eres”, decidí que yo no era fan de nadie. Luego con los años acepte con bastante dificultad que no soy inmune a la condición humana de admirar a otros que han hecho cosas que te parecen valiosas… a Octavio Paz, a las dos Virginias (Wolf y Satir), a Regina Spektor, a Kandinsky, a Billy Holiday, a Mafalda, a Tracy Chapman, a Antonio Damásio, a Paul Simon y a Almodóvar… bueno y a algunas más que omito para ahorrarles el listado. En fin… parecía que estaba por fin reconciliada con la idea de admirar cuando este fin de semana hicimos una excursión al DF (yet again)… esta vez no teníamos una excusa practica (como la búsqueda de departamentos de la semana pasada), solo nos llamaba de nuevo la fiesta capital (por su ubicación e intensidad). Y a mi me llamaba otra cosa… el concierto de Ximena Sariñana en el Bull. Hace ya unos añitos (zumbale varios) la conoci en un barecin en Valle, ella iba con mis mejores amigos de la infancia y yo sin saber mucho que era actriz (de niña me prohibían las telenovelas… siempre fui una rechazada en la primaria por no ver carrusel), escuche de sus viajes con los scouts. Un rato después ví “Amarte Duele” con la conveniente consecuencia de saber que cantaba y su música entro a las favoritas de mi iPod. Con su nuevo disco tuve con que saturar un poco más mi iTunes y unas cuantas canciones que poner compulsivamente como hago con toda la música que me gusta. Tengo que admitir que estaba emocionada a pesar del atasque, el cover al doble de lo establecido, las cortesías inútiles y los tragos aguados… todas dificultades menores. Cuando empezó a cantar me di cuenta con terror que no había llevado mis lentes (los lentes al antro… sólo no lo pensé) y estaba en uno de los balcones (muy bien ubicado, pero re lejos), así que le puse cara bonita a un hombrecito miope parado atrás de mi y le pedí los suyos un ratito… me los quede hasta la última canción (mal karma lo sé). Canto pocas canciones, haciendo bailecitos como no había visto desde las noches del “middle east” en Boston (prácticamente idénticos a los de la vocalista de los “stolen records” (http://www.myspace.com/thestolenrecords) y un estilin que me recordó tanto a una dude (http://www.myspace.com/hayleyjane10 ) que veía con emoción los miércoles en la open mic night en un boliche cerquita de Berklee. Después se fue sin el típico regreso con los gritos de “otra, otra”, los cuales no se escuchaban con la música de antro que entro fuerte en cuanto se bajó del escenario (tampoco me toco regreso con Bob Dylan… ¿será una moda o solo mala suerte?). Nos fuimos poco después huyéndole un poco a la gente y cerramos la noche siguiendo las carreras de los valet que perseguían a la gente que se escapaba sin pagar (que asco). Ahora… el punto de este post era contar que la gran revelación de la noche fue darme cuenta que por mucho que me pese tengo que admitir que de vez en cuando soy fan y que aunque probablemente mis días de posters de revista en las paredes ya terminaron, mi condición de fan es la única razón real para explicar el viaje express al Df, el robo de lentes y los gritos de ayer.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Todos llevamos un Fan...x dentro!!!.....Y si soy bien fanatika!!!saludos...

carlinhos dijo...

Yo me considero más mitómano que fan. Almenos me gusta pensarlo así, creo que es más civilizado. Los mitos pueden ser fantasías también, pero suelen servir de faros, de guías, de espejos. Son más inofensivos que los ídolos a mi juicio.
Gracias por visitar mi blog, Sushi, y por dejar el comentario. Yo estuve hace año y medio en Cholula y sí, está muy cambiada, pero los portales siguen en el zócalo, y aunque los tacos del Poison ya no son lo que eran, hay nuevas taquerías es-pec-ta-cu-la-res, y sobre todo el Albergue de mi gran gran amigo Rafita en la carretera a Coronango, un refugio donde parar siempre! Y tantas otras cosas...pequeñas pero tan grandes...

Chilly Willy dijo...

jajaja rechazada por no ver carrusel jaajaja no crei q eso pasara