jueves, 25 de septiembre de 2008

Violines y Wall Street


En una de las primeras noches que pase en Boston fui a una cena de “gala” organizada por la universidad para los estudiantes internacionales. Como todavía no conocía a nadie me senté en la mesa más cercana a la puerta, por un lado para escapar discretamente si mis compañeros resultaban aburridos y por el otro para poder acosar a los meseros para que me dejarán uno de los siempre insuficientes platos vegetarianos (por aquel tiempo no comía carne). No recuerdo ni las caras ni los nombres de 8 de las 9 personas que se sentaron junto a mi esa noche, pero de una de ellas recuerdo mucho más que el nombre… últimamente pienso de ella casi todos los días. Esta no es una historia de amor, o por lo menos no de amor romántico… podría decir que me enamore de los huevos de Elvira. Elvi es madrileña, chaparrita, de pelo chino y ojos sonrientes, pero sobretodo es una de las personas con las bolas más gigantescas que he tenido el placer de conocer jamás. A los dos años sus padres le dieron un violín y empezó a tomar clases, a los 12 su maestra se mudo a Francia y Elvi la siguió, a los 14 ya vivía sola en Rusia. Todo esto es sumamente admirable en si, pero la valentía de dedicarle la vida a la música no es lo que la mantiene en mi mente en estos días. Lo que hace que la hace verdaderamente especial es que a los 17 años, después de dedicarle 15 al violín (el 88.2% su tiempo en este planeta), Elvira decidió que la música en realidad no era para ella. Yo le he dedicado solo 5 años a la psicología y a pesar de ser joven, inteligente y capaz, la idea de cambiar de opinión me parece aterrorizante y por momentos hasta imposible. Poco a poco se me va haciendo claro que mi camino profesional no pasa por un consultorio, un laboratorio o un hospital… y cada vez que el miedo me asalta pienso en Elvira y como después de crecer como violinista en unos años estará rockeando Wall Street.

Besitos

4 comentarios:

Nathalie dijo...

saludos para elvira si lee esto :) jejeje
y hermana mia haz lo q tengas q hacer, cambia de opinion, vuelve a empezar, quedate donde estas....en lo q hagas te vamos a poyar y yo te amoooooooou

Anónimo dijo...

Yo paso por una situación semejante, terminé los años de carrera universitaria en medicina y cuando salí al internado me paniquié horrible porque al estar ahí resultó ser nada de que yo esperaba en la vida, en mi vida, y en ese momento me sentí idiota por miles de cosas. A pesar de las consecuencias y las represalias en la universidad (por ser uno de los buenos promedio de la facultad no entendían mis motivos para salirme) tomé la mejor decisión para mi… me salí del internado.
Una de las decisiones más fuertes de mi vida, si no es que la más difícil y ahora pienso en todas las cosas para las que soy buena y pude haber estudiado, lo bueno de esto es que mi familia me apoyó.
Ahora… ahora, no sé que viene por delante, esto de tener la vida diseñada para ser “perfecta” no está resultando pero tampoco me doy por vencida, sólo que ahora pienso prepararme mejor en este tiempo libre, el primer tiempo libre que tengo en toda mi vida…
PIENSA QUÉ ES LO MEJOR PARA TI Y HAZLO, tú eres la única persona que va a estar contigo toda su vida… MAKE A CHOICE AND JUST DECIDE!

Anónimo dijo...

hagas lo que hagas, como tú no hay dos y serás siempre tan grande como lo eres

LA CABRONA dijo...

Que no te cierre las puertas el miedo!!

Debes enfrentarlo y convertirlo en tu aliado!!!

Vamos!!! Con un par de huevos!! haz lo que te de la gana! Serás más feliz para el resto de tu vida auqnque a corto plazo te sientas mal.

Y VISÏTAME!!! tu y tus amiguito/as!!

Seguro que tienen algo que contar!!